Devuélvenos la vida

Devuélvenos la vida

                                                                                                       

 

En la Biblioteca Municipal de Calahorra, coincidiendo con el día de Todos los Santos, hemos querido poner en marcha un programa de recuperación de libros.

Autores que llevan más de 10 años en nuestra biblioteca sin que nadie se percate y que esperan con ganas que un lector les devuelva a la vida.

 

A todos aquellos grandes genios de la literatura cuyas obras inmortales descansan serenas en los anaqueles de la biblioteca, esperando que una mano curiosa los libere de su letargo.

 

SOLO LA MUERTE

Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogEn la Biblioteca Municipal de Calahorra, coincidiendo con el día de Todos los Santos, hemos querido poner en marcha un programa de recuperación de libros. Autores que llevan más de 10 años en los anaqueles de nuestra biblioteca sin que nadie se percate y que esperan con ganas unas manos curiosas que les devuelvan la vida.arnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.

                                 Pablo Neruda